22 de junio de 2007


todos, todos tenemos una hora cobarde.
Una hora de hastío cuando muere la tarde.
Cuando se va el amigo que nos trae calor.
El amigo de oro, el Mago Gestador.
Cuando se juntan todas las impresiones malas
Y el alma es un tejido de finísimas alas.
Cuando puede decirse: lo que fue no será;
lo que no hice hoy no lo haré nunca ya.
Es entonces, cobarde, que me acosa el deseo
de ser y ni pienso, ni trabajo, ni creo.
Es una nulidad completa de mí misma
que me asusta y me hiere, me subyuga y abisma.
Es entonces que yo quisiera ser así
Como una cosa nimia, futil, baladí.
Un chicle que se lleva guardado en el bolsillo.
Una prenda cualquiera, un reloj, un anillo...
Ser una cosa muerta que la lleven cargada
Y que no sabe nada y que no piensa nada.
Todos, todos tenemos una hora cobarde,
una hora de hastío cuando muere la tarde.
Alfonsina Storni

2 comentarios:

Ro dijo...

sefué :(
.......
....
..
.
mondayyyyyyy

Unknown dijo...

se fue !
rayos..

si !
que lindo sería ser como esos chicles, o bien dulces que dejas olvidados en los bolsillos de los polerones y después cuando congelada metes la mano al bolsillo, ahi están.
son los mejores, los más dulces.